El ministerio Prejuvenil "Locos x Cristo" tiene el objetivo de desarrollar un liderazgo efectivo y de impacto en la vida de los prejuveniles (no son adolescentes, porque no les duele nada).

9.5.09

EL SER VERDADERO

   

Por: Rodrigo J. Roca

En la edad media nacía en Italia la celebración del baile de máscaras. En Venecia es hasta hoy, una de las fechas donde se expone la gran variedad de ellas, mostrando su belleza, su encanto, su misterio. Lo acompañan vestidos ostentosos, peinados bien ornamentados.
Estas máscaras se usaban para que las personas dieran la apariencia de belleza, aunque no la tuvieran en realidad.
¿Sabías que esto mismo está pasando hoy en día, especialmente entre los cristianos en la Iglesia del Señor?
No me refiero a los atuendos con que la gente asiste a las diferentes reuniones o cultos, sino a la fachada que las personas dan a conocer a todos por fuera para recibir honra, amor, aceptación, mientras que por dentro son personas totalmente diferentes.
Cada uno de nosotros usamos máscaras en el día a día, para no mostrar en realidad quienes somos.
Alabamos al Señor en los cultos y nos revolcamos en el lodo del pecado, cuando “nadie” nos está mirando (como si El Señor no viera lo que hacemos).
Hablamos de santidad y de guardar nuestras vidas para Dios y nos prostituimos con cualquier situación que agrade nuestros sentidos.
Pregonamos el guardar nuestro corazón como el mayor de los tesoros y lo entregamos a la primera persona que nos pinta el mundo de colores.
Nos volvemos conocedores de la Iglesia, pero no conocemos al Dios de la Creación, a Jesucristo.
Con mucho dolor, yo he vivido esto que ahora te comparto. Poniéndome máscaras en mi vida para que las personas reconocieran “quién” era o que me aceptaran, mientras en la soledad, El Señor veía cuán inmunda era mi vida y cuán despreciables eran mis actitudes delante de Sus Ojos.
Apocalipsis 3:15-19 nos adelante acerca de quiénes somos en realidad. Muchas veces pensamos que lo más importante de todo es nuestra vida y eso es falso. Nos dedicamos a una vida que gire a nuestro alrededor, llenándonos de títulos complicados, de cosas que satisfagan nuestra propia vida, de una peligrosa comodidad. Esa es la tibieza de la que habla el Señor.
Una vida tibia es una vida acomodada, una vida destinada a no complicarnos con las grandes “locuras” de Dios para nuestras vidas. Es pensar demasiado en nuestro futuro, a pesar inclusive de que Dios nos haya dado las instrucciones debidas para nosotros.
Incluso, según nuestra visión, podemos ser “exitosos”, “prósperos”, llenos de “bendiciones” de Dios.
Cuando no estamos en el Camino que Dios quiere para nosotros, no tenemos nada en realidad.
Apocalipsis 3:17 “Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo”

En este pasaje Dios no le habla a las personas del mundo, sino que habla a sus hijos, la Iglesia en general.
Las máscaras ocultan la esencia de quiénes somos realmente y muchas veces las llevamos puesta tanto tiempo, que creemos que lo que vemos es lo real, mientras en lo oculto continuamos haciendo barbaridades y sembrando maldiciones para nuestras generaciones.
Es por eso que seguimos con la maldad de nuestros corazones (fornicaciones, murmuraciones, divisiones y contiendas, masturbación, iniquidad, malos pensamientos, religiosidad, vanagloria, orgullo, sensualidad, mentiras, celos, etc.)
¿Qué debemos hacer entonces para que caigan las máscaras de nuestras vidas y seamos reales, caminando una vida que agrade a Dios?
Apocalipsis 3:18 “Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.”

Lo primero que debemos hacer es arrepentirnos y empezar a buscar su Presencia.
Debemos comprar oro refinado en fuego (es el Espíritu Santo que entra en nuestra vida y empieza a quemar toda Obra de maldad de nosotros)
Vestiduras blancas (Buscar la Santidad para estar en Presencia de Dios en todo momento y recibir poder para cambiar nuestra historia)
Ungir nuestros ojos con colirio (Son los hábitos sanos en nuestra vida: lectura de la Palabra, oración y comunión con los hermanos)
Es importante recalcar que en este verso, dice que una vida de Santidad permite que nuestra vergüenza (debilidades) sea descubierta. Esto es: en la medida que desarrollamos una relación íntima con Dios, El Señor nos da cobertura para fortalecer nuestras debilidades, para que Satanás no las descubra y no tenga autoridad para acusarnos.
Es el tiempo que consagremos nuestras vidas cada día más al Señor. Es el tiempo que ya no giremos en torno a nuestros egos, sino que empecemos a preguntar a Dios qué es lo que quiere con nuestras vidas.
Además vivir por la Gran Comisión, el llevar en todo momento al conocimiento de Cristo a las personas que aún no lo conocen. Un Dios grande, amoroso y misericordioso que nosotros deberíamos conocer muy íntimamente.

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1 Comentarios:

At 7:52 a. m., Blogger casa da poesia said...

 lindo!...e para ti...

"Ima phuyun jaqay phuyu..."

  

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