UN HINCHA DIFERENTE

   

Por: Rodrigo J. Roca

Hace poco que pasó un juego importante de fútbol en mi ciudad. La fiebre del fútbol invade a las personas.
Vemos que la gente saca a relucir sus camisetas, sus banderas, sus silbatos, trompetas, y todo lo que pueda hacer bullicio para alentar a su equipo favorito.

Los hinchas son los primeros que llegan al estadio y los últimos que se van.
Son los que se toman el trabajo de conocer a cada uno de los jugadores que integran los equipos, incluyendo a los rivales.

Los hinchas improvisan cánticos para su equipo y hasta los podemos ver dirigiendo pequeños coros dentro de las barras.
Otros saltan, gritan, aplauden mientras dura el partido. En el fútbol tenemos 90 minutos, sin contar las horas previas de ir al estadio y los minutos de descanso.

Los hinchas conocen gente nueva y no tienen ningún problema en abrazar a una persona que no conocen en el momento en que su equipo hace un gol.

Por último, los hinchas salen del partido y recuerdan todos los momentos que se vivieron y los atesoran por años de años.


¿Y si seguir a Cristo fuera lo mismo que ir a un partido de fútbol? ¿Serías un hincha de Jesús?

¿Serías capaz de ir horas antes que comience tu culto de Iglesia, con ese ánimo de pasar un par de horas escuchando lo que Dios tiene para decirte, en vez de llegar siempre tarde a las reuniones?

¿Serías capaz de ir conociendo más y más de Su Palabra y llevarla a la Iglesia, para que cuando se predique tengas una idea de lo que se habla en ese lugar, en vez de estar perdido en el limbo por no tener idea de lo que es una Biblia?

¿Serías capaz de pasar tiempos sin tiempo de alabanzas y adoración, al punto de improvisar cánticos para Dios, de hablar con Él sin distracciones, de perderte entre Sus Brazos, en vez de estar mirando el reloj para que acabe ese tedioso tiempo para salir con tus amigos?

¿Serías capaz de conocer personas nuevas, de orar por ellas, de interiorizarte de sus problemas y ayudarlo a seguir adelante, en vez de estar rodeado únicamente de las personas con las cuáles te sientes cómodo?

¿Serías capaz de atesorar La Palabra de Dios en tu corazón, al punto de estar viviéndola constantemente y dejar que cambie tu vida, en vez de olvidarla al momento de salir de tu reunión?

Qué hermoso sería ser un hincha de Jesús. ¿Te animas?