Formación de la personalidad

   

Por: Rodrigo J.Roca


¿Te has preguntado alguna vez por qué hay buenos y malos en el mundo en que vivimos? ¿Por qué hay más malos que buenos? ¿Por qué personas buenas cometen errores como si fueran malas?

El caso más claro que tenemos en La Biblia es David. Dios dijo: “He hallado a David, hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quién hará todo lo que yo quiero” (Hechos 13:22)
Aunque el mismo Dios dijo esto, David cometió pecados terribles. ¿Por qué?

Cuando mayor es la rectitud de una persona, más notorio es el pecado en su vida y mayores son sus consecuencias. No es casualidad que no se hable de los miles de miles de asesinos, ladrones y criminales que existen en el mundo, sin que nadie les dé importancia; pero ¿qué pasa si una persona distinguida, notable, comete un crimen o un acto inmoral? Todo el mundo se escandaliza y pregunta por qué.

De la misma manera nos pasa cuando somos buenos alumnos, atendemos en clases, somos los mejores en todo lo que hacemos, pero alguna vez cometemos errores. ¡Todo el mundo se vuelve contra nosotros!

¿De dónde crees que proviene este lado bueno y malo que hay dentro de nosotros?


Todo se halla en la herencia (simiente)
La Biblia describe esta palabra como: simiente, semilla, descendencia, linaje. De ese modo, cada árbol es nacido de una semilla y produce a su vez más semillas, que son su descendencia. Lo mismo sucede con los seres humanos.

Si nuestros padres han sido malos, muy probable es que sus hijos nazcamos con esa tendencia (Salmos 58:3) “Se apartaron los impíos desde la matriz; se descarriaron hablando mentira desde que nacieron”
Por otro lado, hay hijos que también nacen con la bendición de Dios, como Juan el Bautista, elegido por Dios antes de su nacimiento (Lucas 1:14-15)

¿Cuál de estas herencias recibiste cuando naciste? ¿Por qué?

La semilla determina de qué tipo de árbol provenimos y qué tipo de árboles seremos. Los árboles bendecidos son aquellos que vuelcan su corazón hacia Dios. Son aquellos que escuchan La Palabra de Dios y la practican; son aquellos que siguen el Camino de Cristo. Sus hijos son herederos de muchas bendiciones y pueden conseguir muchas más.

Los árboles que tienen una mala semilla, darán frutos con ciertas malas tendencias.

Así pues, podemos ver que la formación de la personalidad de la persona es determinada por tres tiempos en la vida del hombre: antes del vientre, en el vientre, después del vientre.

1) Antes del vientre
Cada persona tiene rasgos característicos, de acuerdo al lugar en el que vive, la raza, etc. Los ojos rasgados de los japoneses, el carácter alegre de los latinos, son algunos de los rasgos característicos de las personas. De la misma manera sucede con la personalidad. Si nuestros padres o abuelos han sido personas con mal genio, aburridas, con depresiones, etc, hay una gran probabilidad de que nosotros heredemos esto. Si dentro de nuestra familia hay fuertes lazos de amor, heredaremos lo mismo para nuestra descendencia.

2) Durante el vientre
Cuando nosotros estamos siendo formados en el vientre (desde el momento mismo de la concepción), nuestra personalidad también es moldeada. Si nosotros hemos sido concebidos fuera del matrimonio, o como un simple acto sexual, entonces acarrearemos ciertos problemas desde momento en que nazcamos. Si hay problemas en nuestros hogares, discusiones o conflictos, nosotros (desde dentro del vientre) acarreamos también con los problemas de nuestros padres. La Biblia nos lo muestra en Lucas 1:44 con el bebé de Isabel.
Si nosotros venimos de una concepción basada en los principios bíblicos, de seguro que nos evitaremos muchos problemas con consecuencias dolorosas para nuestras vidas.

3) Después del vientre
Desde que el niño nace, empieza un proceso de continuo aprendizaje. La educación familiar es muy importante también en esta parte. Cuando empezamos a hacernos jóvenes, es cuando aparecen las herencias de nuestros antepasados, las buenas y las malas. Si nosotros venimos de una herencia de maldición, muy probable que tengamos que tratar muchas áreas de nuestras vidas. Si nosotros venimos de una herencia de bendición, es más seguro que seamos librados de muchas maldiciones de nuestros ancestros.

En este punto es necesario que te des cuenta de algo que dice la Biblia en Romanos 5:12 “Por tanto, como el pecado entró al mundo por un hombre y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”

Pero también nos dice más adelante en Romanos 6:23 “porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro”

Cada uno de nosotros tenemos la oportunidad de pasar de muerte a vida, tenemos la posibilidad de cambiar nuestras maldiciones en bendiciones..solamente depende de abrir nuestros corazones y dejar que Cristo habite en él.