El amor de Cristo

   

Por: Rodrigo J. Roca

Conceptos acerca del amor
Amor: Cariño, afecto, apego, amistad. Estas son algunas de las palabras que podemos utilizar para describir el sentimiento más grande, más hermoso que existe en nuestro planeta. Y es que el amor ha sido la fuente de inspiración para muchas cosas; poesías, monumentos y obras de arte, descubrimientos, inclusive guerras libradas a causa del amor. Desde todos los confines de la Tierra se puede narrar acerca del amor. Pero, ¿el amor es uno sólo?
Según la sicología moderna, el amor se divide en:

- Amor EROS (Amor de pareja, de un hombre hacia una mujer)
- Amor FILIAL (Amor por la familia, especialmente de un hijo hacia su madre)
- Amor ÁGAPE (Amor de Dios, amor sin una razón de ser)

Como vemos, la misma sicología, siempre enclaustrada en la ciencia, cataloga los tipos de amor y le da un lugar especial al amor ÁGAPE como el amor de Dios; este el amor del que hablaremos a continuación. Si nos pusiéramos a analizar la Palabra de Dios, veríamos claramente que la Biblia es un manual acerca del amor de Dios para el hombre. Desde el Génesis hasta el Apocalipsis, vemos como la mano amorosa de Dios ha estado constantemente junto a nosotros. Nuestro Señor ha tenido tanto amor para con nosotros que mandó a su Hijo Amado para darnos la oportunidad de una vida eterna a su lado (Juan 3:16)

Nuestro Padre Celestial mandó a Jesucristo a padecer por causa de cada uno de nuestros pecados; el mismo Jesús no vaciló en entregarse y ser convertido en maldición por un amor tan grande que no se puede explicar. Es así como cada uno de nosotros podemos acceder a la salvación, por ese amor inexplicable de nuestro Dios por nosotros.

¿Qué significa el amor ÁGAPE entonces?

MISERICORDIA + GRACIA + AMOR = JESUCRISTO

Jesucristo es sencillamente misericordia, gracia y, sobretodo, amor, todo junto.

Es misericordia porque siente piedad por cada una de las personas que se pierden en el mundo y quiere tener la oportunidad de ser parte de sus vidas (Apocalipsis 3:20)

Es gracia porque murió por nuestros pecados y nos dio un regalo inmerecido, la oportunidad de ser salvos solamente por creer en Él y servirlo (Efesios 2:8 –10 ). Debemos darnos cuenta que, desde el momento que recibimos al Señor Jesucristo como Señor y Salvador de nuestras vidas, hay gracia en nuestras vidas, es decir, hay promesa de que ya no recibiremos condenación por cada uno de nuestros pecados, porque hemos sido limpiados por su Gracia (Romanos 6:14).
Sobre todas las cosas, Dios Padre, Jesucristo y El Espíritu Santo se pueden resumir en Amor (1 de Juan 4:7 – 21) Dios nos amó primero, Jesucristo nos ama en estos momentos y nos amará durante los siglos de los siglos. Si Él nos ama tanto, ¿por qué no empezamos a amarlo a Él como Él nos ama a nosotros?

Hay muchas excusas para no amar:
- “Me lastimaron mucho”
- “Para qué amar a personas que nunca van a cambiar”
- “No puedo amar, porque nadie me ha amado a mí”

Existen miles de excusas acerca de por qué no podemos amar ni dar amor a otras personas o al mismo Dios, pero hay un amor que no consiste en voluntad, sino en fe. Si empezamos a creer en Cristo y andar según Su Palabra, Él nos dará ese amor tan deseado por nosotros.

¡Podemos llegar a enamorarnos de Jesucristo! ¡Podemos llegar a sentir cómo nuestro Padre Celestial camina delante de nosotros y declara que nosotros somos sus hijos amados, cómo nos consuela a través del Espíritu Santo; sobre todo, podemos ver cómo nuestro mundo cambia a puro amor, ese amor que dio Cristo por nosotros!

Hay una frase que escuché en una película y se ha quedado grabada en mi cabeza: “Ella es guiada por el Amor; es el Amor quien derrumba murallas, es el Amor quien impacta el mundo; es el Amor que desequilibra al mundo y permite que nos movamos”.

Si Jesucristo es Amor, quiere decir que cada uno de nosotros, lo que lo seguimos, nos movemos por Jesucristo, vivimos por Su Palabra y Su Promesa. Nuestras barreras caen y nuestro mundo es impactado, no por nuestras fuerzas, sino por el mismo Jesucristo; podemos llegar a cambiar nuestro alrededor a puro Jesucristo, es decir, a puro amor.

El perfecto Amor hecha fuera todo temor, como dice La Palabra de Dios, ese perfecto Amor nos permite sentir que somos diferentes, especiales, únicos. Jesucristo nos hace sentir eso, porque eso somos para Él.

¿Y tú qué esperas para enamorarte de Él? Rinde tu corazón a Jesucristo y deja que Él te ponga ese amor que a todos nos falta; deja que Jesucristo gobierne tu vida y verás el cambio que tanto quieres y necesitas para tu vida.

¡CRISTO TE AMA, TAL Y COMO ERES, NO LO OLVIDES! ¡DIOS TE BENDIGA!