Un Padre diferente

   

Por: Rodrigo J. Roca


Uno de los relacionamientos más hermosos que existen es el amor entre el Padre y su hijo. Lastimosamente, desde hace más de 20 o 30 años que la figura del padre se ha ido deteriorando, hasta el punto que hoy en día muchos de nosotros no podemos gozar del privilegio de tener un padre ejemplar.

El mundo, bajo el mandato de Satanás, se ha encargado de manipular la esencia misma de ser padre, sacerdote de un hogar y figura para impartir identidad a los hijos, futuros padres de otras generaciones.

Quizás hemos pasado por tener un padre aburrido, injusto, que cometió muchas cosas horribles dentro y fuera de casa o quizás un padre ausente; más aún, quizás nunca conocimos a nuestro padre.

¿Crees que es totalmente culpa de él?

Pues no es así. Venimos de un sistema que nos dice que es aceptable tener más de una mujer, que es bien visto quien es más macho y golpea brutalmente a sus hijos, o peor aún, quien tiene muchos hijos en varias mujeres. Venimos de un sistema que viene de muchos años atrás.

Quizás los padres y abuelos de nuestros padres, vivieron problemas semejantes, por eso que ellos (sin darse cuenta, sin quererlo) los cometen y lo pasan a sus hijos y así respectivamente. Estos principios espirituales se transmiten de generación en generación, es una realidad.

Lastimosamente, si nuestros padres no conocen del Señor, muy probable que nosotros podamos tener principios iguales para nuestro futuro.

¿Qué hacer entonces?

- Tener a Cristo en nuestros corazones ( Juan 1:12)
- Romper lazos de maldición, confesar los pecados como nuestros (1 Juan 1:9)
- Bautizarnos para hacer pacto con Dios (Juan 3:5)
- Buscar el reino de Dios (Mateo 6:33)

Dios muestra su amor como Padre, para con nosotros, dándonos la oportunidad de cambiar nuestro destino, de darnos una identidad nueva, de hacernos sus hijos.

Amado, amada: Si nunca has experimentado el amor de un Padre, el Señor quiere mostrarte su amor de Padre. Si tu Padre no es lo que esperabas, nuestro Dios Padre puede ayudarte a cambiar su vida a través de tu vida. Deja que tu Padre venga a tu vida.