ATENTOS A LA PALABRA DE DIOS

   

Por: Rodrigo J.Roca

NEHEMÍAS 8:3
Cuando empezamos a asistir los viernes a este tu grupo de prejuveniles, muchas veces venimos de escuchar la Palabra en los cultos dominicales, los cuales pueden llegar a ser aburridos para todos, en un principio. Si les preguntara cuántos han asistido este último domingo al culto y cuántos se acuerdan del tema de la Palabra que se dio, quizás la gran mayoría solamente tendría una vaga idea de ello. Es aquí que nos damos cuenta de que muchos de nosotros, aún siendo seguidores de Cristo, no atendemos a la Palabra de Dios, como dice la Biblia “han engrosado su corazón y con los oídos oyen pesadamente y han cerrado sus ojos” (Mateo 13:15)

En esta noche, estudiaremos algunos elementos fundamentales para ser buenos oyentes y practicantes de La Palabra de Dios que escuchamos siguiendo el pasaje en Nehemías 8: 1 –12

1) Reunirse puntualmente (Neh. 8:1)
Luego que el Pueblo de Israel volvió de su cautiverio, se produjo uno de los grandes avivamientos del pueblo de Dios; por ese entonces estaban reconstruyendo el muro de Jerusalén y todas las personas estaban ansiosos de escuchar la Palabra de Dios. La frase que dice “se juntó como un solo hombre...” da a entender que todos fueron puntuales. La cita con Dios no debe ser un acto de mero compromiso, debe ser algo especial. Si nosotros llegamos al cine con anticipación, cuánto más debemos hacerlo al venir a La Casa de Dios.

2) Usar el sentido común para entender (v.2)
Esto significa que La Palabra de Dios era dada a todos los que la podían entender. Yo me imaginó al sacerdote Esdras hablando de manera sencilla a todo el pueblo para que lo entienda. De la misma manera, hoy en día hablamos un lenguaje más fácil, para que todos lo entendamos. De todas maneras, la revelación de La Palabra la da El Espíritu Santo (1 Corintios 2:10). Si no llegamos a entender La Palabra de Dios, debemos empezar a pedirle dirección al Espíritu Santo, para que ponga en práctica nuestro sentido común.



3) Estar atento a lo que se predica o lee (v.3 y 5)
En este pasaje, vemos cómo La Palabra recalca que el pueblo reunido estaba atento. ¡Lo recalca 4 veces! Cuando se trataba de La Palabra de Dios, todas las personas estaban serias y atentas. Cómo prejuveniles, como jóvenes, nuestra forma de ser es siempre extrovertida, alegre y hasta bullanguera. Podemos ser todo esto sin dejar de ser aquello: es decir, podemos ser alegres, pero ser atentos, especialmente si estamos escuchando lo que Dios tiene para nosotros
El Señor nos pide que estemos atentos a Su Palabra en todo tiempo (Santiago 1:25)

4) Permitir que Dios controle el tiempo, no nosotros (V.3)
Cuando estemos escuchando La Palabra de Dios, no nos fijemos en nuestro reloj, si ya será hora de irnos, solamente esperando que el que predica termine pronto.
Hay tres características que nosotros debemos aprender de este pueblo de Israel:
- La Palabra fue leída desde el alba hasta el mediodía (5 a 6 horas)
- Podían entender
- Estaban atentos

¿Qué sucede hoy en nuestras iglesias? Muchas personas, atienden sus celulares en pleno culto, otros se salen a cada rato, otros se duermen, otros charlan, otros piensan en la inmortalidad del cangrejo, otros sencillamente viven en la luna...en fin ya saben de lo que hablamos.

5) La Palabra debe afectar nuestro intelecto, sentimientos voluntad (v.6 – 10)
¿Qué es lo que hizo el pueblo de Israel luego de escuchar La Palabra de Dios? Alzaron sus manos, oraron y adoraron al Señor. Hubo llanto de gozo, hubo júbilo y alegría entre el pueblo.

Debemos ser como ese pueblo, que después de escuchar atentamente la Palabra de Dios, tuvo un cambio en su vida, se alegró enormemente porque El Señor le había hablado a su corazón.

¿Quieres ser una persona que entra y sale sin que cambie nada en tu vida? ¿ O quieres ser alguien que salga siempre renovado en su Espíritu, la persona que el Señor busca para engrandecer su reino?

¡DEPENDE DE TU DECISIÓN... DIOS TE BENDIGA!