El ministerio Prejuvenil "Locos x Cristo" tiene el objetivo de desarrollar un liderazgo efectivo y de impacto en la vida de los prejuveniles (no son adolescentes, porque no les duele nada).

9.10.07

Bendición familiar

   

Por: Rodrigo J. Roca

Maldición Vs. Bendición
Maldición = Abominación, blasfemia, sacrilegio, ofensa
Bendición = Elogio, Autoridad para prosperar, alabanza

Uno de los problemas más grandes que tienen las personas en la actualidad, son los problemas familiares: disputas, pleitos, contiendas, divorcios, rebeldías, son algunas de las formas más comunes de ser en las familias en nuestra ciudad, en nuestro país y en nuestro planeta. Hoy en día, más del 50% de los matrimonios terminan en divorcio, es decir, se destruyen más de la mitad de los hogares en estos tiempos. Pareciera que una familia feliz, en estos tiempos, fuera una especie en extinción o una rareza de la naturaleza. En cierta medida, lo es.

Como vemos, La Palabra de Dios nos muestra claramente que todo lo que nosotros hacemos tiene una consecuencia en nuestras generaciones venideras.
Pero entonces la pregunta sería, ¿Quién cometió el primer error? En nuestros casos, muchos de nosotros quizás no hemos tenido la culpa de tener padres con problemas, con falta de amor a sus hijos, con rechazos, etc. Nuestros padres son sencillamente herederos de maldiciones que vienen mucho antes de lo que todos nos podamos imaginar.

Luego de exponer estas ideas, podemos ver claramente que la palabra clave para enfrascar cada planteamiento es: MALDICIÓN. Una maldición es una ofensa muy grave; es una abominación cometida de un ser a otro. La maldición es un instrumento que impide la prosperidad para las personas y que no solamente afecta a una sola persona, sino que llega hasta las generaciones venideras.”A los cielos y la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, de que os he puesto la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia” (Dt. 30:19)

Cadenas de maldición
Existen muchas cadenas de maldición; las maldiciones generacionales son muy comunes en cada uno de nosotros. Estas maldiciones las acarreamos desde antes de nacer, quizás mucho antes de nuestra concepción. Hay otro tipo de maldiciones, son las que acarreamos al momento de ser concebidos, al momento de nacer, cuando somos niños, pasando por nuestra adolescencia hasta que formamos nuestro carácter y somos establecidos como personas hechas y derechas.

Muchas veces nos preguntamos por qué tenemos mal carácter, por qué sentidos rechazo hacia nuestros padres o no tenemos amigos, por qué tenemos inseguridades, somos inestables emocionalmente, etc. La respuesta es sencilla: al tener una descendencia llena de maldiciones, lo más seguro es que nosotros también tengamos que cargar estas maldiciones.

Por otro lado tenemos que una bendición es un elogio, pero sobre todo, una autorización para prosperar. De nuestra boca bien pueden salir o bendición o maldición. (ARBOL = PLANTA; BENDICIÓN = NUTRIENTES; MALDICIÓN = ACIDO) En la medida que empezamos a entender este concepto, podemos darnos cuenta de que nuestras vidas muchas veces son marcadas o por bendición o por maldición.

Si un padre le dice a su hijo que es un inútil y no sirve para nada, lo más probable es que cuando sea grande sea exactamente como su padre dijo. Un punto clave es que nuestros padres determinan nuestra identidad y nuestro destino.

La identidad la imparten los padres el momento en que el hijo nace. El padre determina el sexo del hijo y le imparte la identidad a través del nombre. Una vez vamos creciendo, nuestro padres determinan nuestro destino, a través de sus enseñanzas, de sus ejemplos, de su amor. En este sentido los padres han perdido la visión de lo importante que es impartir bendiciones a sus hijos, por lo que hoy en día es común ver que los hijos son tan independientes que pareciera que ya no hay un vínculo estrecho entre padres e hijos.

Si nosotros estamos atravesando problemas similares a los que compartimos hoy, de seguro que hay fuentes de maldición en nuestras vidas. Quizás hemos heredado maldiciones desde antes de nacer; quizás hemos sido maldecidos desde el vientre de nuestra madre o cuando éramos niños. Hay una cadena de maldición que es la que cometemos a diario en nuestra vida: la deshonra a nuestros padres (Dt. 5:16) “Honra a tu padre y a tu madre...”
La deshonra a los padres es una maldición muy grande, por lo que debemos tomar conciencia de ello. En la vida hay leyes espirituales, así como leyes físicas. La ley de la gravedad existe independientemente de creemos en ella o no. De la misma manera, las leyes espirituales. Si deshonramos a nuestros padres, hay consecuencias que debemos afrontar.

¿Cómo cortar cadenas de maldición?

“Cristo nos redimió de la maldición de la Ley, haciéndose maldición por nosotros...” (Gálatas 3:13) Debemos entender que hay alguien que ya pagó por cada uno de nuestras faltas y errores y llevó cada una de nuestras maldiciones consigo, y ese fue Jesucristo.

Lo primero es creer en que Cristo nos ha redimido de nuestras maldiciones (Juan 3:15) “Para que todo aquel que en Él crea no se pierda, sino que tenga vida eterna”

Luego, debemos arrepentirnos y confesar nuestras faltas “ O digo que habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por 99 justos que no necesitan de arrepentimiento “(Lucas 15:7)
Por último, empezar a Caminar en los Caminos de nuestro Señor Jesucristo..no lo olvides

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